La tortuga ingeniosa

24.10.2010 17:35

 (Cuento Nigeriano) Eran tan buenos amigos el elefante y el hipopóta­mo, que siempre comían juntos. — ¿Qué tal? —los saludó una noche la tortuga, mien­tras cenaban—. ¡Qué pareja tan fuerte y grande hacéis! Pero lo más gracioso, es que yo soy más fuerte aún que cualquiera de vosotros... ¿No lo creéis? Os lo voy a demostrar. Tú, amigo elefante, coge la punta de esta soga y tira de ella tan fuerte como puedas. ¡Apuesto lo que quieras a que no podrás sacarme del agua!

   ¡Voy a probarte que si puedo! —contestó, ofendi­do, el elefante, cogiendo la punta de la soga.

La tortuga ató la otra punta a su patita trasera y se sumergió en el rio. Pero tan pronto como llegó al fon­do, desató la soga de su pata y la amarró a una enorme roca, que ya tenía escogida.

El elefante tiró con todas sus fuerzas, y volvió a tirar, hasta que la soga se rompió. Inmediatamente, la tor­tuga desató la otra punta de la soga, la ató alrededor de su pata y subió a la superficie, jadeante, arrastrando el pedazo de cuerda.

No tuvo más remedio el elefante que admitir que la tortuga era, en efecto, más fuerte que el.

Pero el hipopótamo, que había observado todo en silencio, bufó, divertido, y dijo:

—Ahora me toca a mí. Quédate tú en tierra esta vez, y yo tiraré de la soga, desde el agua.

Cogió la tortuga una soga nueva, la ató a su pata, y se alojó por entre las hierbas hasta la orilla de la selva, mientras que el hipopótamo, teniendo la otra punta en su bocaza, se sumergía en el agua.

Tan pronto como lo perdió de vista, la tortuga dio varias vueltas alrededor del tronco de una palmera, y cuando el hipopótamo empezó a tirar de la soga, esta se apretaba más contra el tronco y no resbalaba, por más que tirara y volviera a tirar de ella el hipopótamo.

Cansado y jadeante, subió este por fin a la superfi­cie, echando agua por las narices. En cuanto apareció, corrió la tortuga alrededor de la palmera, en dirección contraria esta vez, hasta que la soga quedó libre y salió de los matorrales.

El hipopótamo tuvo que admitir que la tortuga era más fuerte que el.

Y entonces les preguntó la tortuga:

Ahora, decidme: queréis que sea vuestra amiga, o vuestra enemiga?

¡Nuestra amiga, por supuesto! —contestaron a una el elefante y el hipopótamo—. No es bueno tenerte de enemiga, puesto que has demostrado ser mucho más fuerte que cualquiera de los dos.

Perfectamente —dijo entonces la tortuga—. Viviré con vosotros, y me proporcionareis mis alimentos. Pero como no puedo estar en dos sitios a la vez, yo viviré con el hipopótamo, bajo el agua; y mi hijo vivirá en tierra, con el elefante.

Desde ese día, han existido tortugas de tierra y tor­tugas de agua. Estas últimas, sin embargo, son mucho más grandes y gordas, pues la tortuga de nuestra historia sabia, desde entonces, que a menudo escasea la co­mida en la tierra; pero que siempre hay suficientes peces en el mar.

 

* Tomado del libro: “HABÍA UNA VEZ” (título original en inglés: Once Long Ago), los mejores cuentos infantiles de todo el mundo, relatados por Roger Lancelyn Green,ilustrado por Vojtech Kubasta .versión castellana de Mercedes Quijano de Mutiozábal . Publicado por Editorial Novaro-México . Primera Edición 1964.